Afortunadamente
las previsiones del tiempo esta vez habían acertado y lucía un sol esplendido.
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Igreja de Sto. Ildefonso |
Comenzamos
el día con el MUSEU MILITAR, que se
encuentra en Rúa do Heroísmo 329, y que nos pillaba a unos 10 minutos andando
del hotel. Lo más interesante de este museo es su colección de soldados en
miniatura de ejércitos de todo el mundo; como museo militar no dice mucho, pero
lo de las miniaturas es interesante. Horario: 10 a 13 y 14 a 17. Precio: 3 €.
Luego
cogimos el metro en la parada de Heroísmo, muy cerquita del museo, y decidimos
cargar la Tarjeta Andante con un billete de 24 horas (4’15 €), ya que teníamos
intención de hacer varios viajes (y a partir del cuarto viaje ya salía a cuenta),
pero no hubo forma de cargar las que teníamos, así que tuvimos que comprar
otra.
Haciendo
trasbordo en Trindade, llegamos a la parada de Jardim do Morro en poco tiempo,
esta es la parada que está en Vila Nova de Gaia, a la otra parte del río. Aquí
vinimos el primer día, pero hoy por fin lucía el sol y merecía la pena volver
para ver las vistas del PONTE LUIS I
y la ciudad, en un día soleado.
Luego tocaba
visitar la IGREJA E TORRE DOS CLERIGOS,
esta iglesia de estilo barroco, es uno de sus monumentos más emblemáticos, y su
torre es la mas alta de Portugal; hay algo más de 200 escalones hasta arriba,
pero se hace bastante ligera la subida. Merece la pena subir en un día soleado,
tiene unas grandes vistas. Horarios iglesia: 8’45 a 12’30 y 15’30 a 18’30.
Horario torre: 10 a 12 y 14 a 17. Precio: 2 €.
Muy
cerca de allí se encuentra la famosa Livraría
Lello, en Rúa das Carmelitas 144, la verdad es que esta librería es una
maravilla, destaca principalmente su escalinata de madera, y también la
vidriera del techo con la inscripción “Decus in labore” (Dignidad en el trabajo). No se pueden hacer fotos. Horario: 10
a 19. Según parece esta escalinata, es en la que se basaron para la película de
Harry Potter.
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Interior librería (Foto: Wikipedia) |
A
estas alturas del día ya habíamos visto las cosas más importantes de la ciudad,
ahora tocaba disfrutar de otros rincones.
Pusimos
rumbo al JARDINS DO PALACIO DE CRISTAL,
nosotros llegamos por la Rúa da Restauração a la parte sur, pero por allí no
hay puerta de entrada, para llegar a la puerta principal del jardín hay que ir
por la Rúa D. Manuel II. Si hubiéramos ido por la calle correcta no habríamos
tardado ni 15 minutos. En estos jardines hay unas grandes vistas del río, ya
que están situados en la parte alta de la ciudad, y muy pegados a él.
Al
salir cogimos uno de los muchos autobuses que tenían parada prácticamente en la
puerta de los jardines, para que nos acercaran un poco al centro (la calle
ahora era cuesta arriba y no apetecía mucho), nos bajamos a la altura de la
Torre de los Clérigos, y por allí comenzamos a bajar por sus calles y nos
encontramos con un mirador llamado “Midarouro da Vitoria”, que la verdad es que
pasar algo improvisado y desconocido tampoco estaba mal.
Seguimos
bajando por una gran cantidad de escaleras y al final llegamos al Palacio de la
Bolsa, donde teníamos previsto comer en su Restaurante “O COMERCIAL” (nuestro plan era ayer, pero estaba cerrado). Este
restaurante a mediodía tiene un menú que vale 15 €, que en la entrada (se entra
por el Palacio de la Bolsa) no está anunciado, pero que como lo habíamos leído decidimos
ir a ver.
El
local está muy bien y estás muy bien atendido, nosotros estábamos justo en la
ventana y daba a la puerta de la Iglesia de San Francisco. El precio a la carta
ya es otra cosa, pero el Menú de Ejecutivo de mediodía está bien, la única pega
es que fijo, sólo eliges carne o pescado; es comida de diseño, y por eso
fuimos, nos apetecía comer en un lugar así; y la verdad es que estuvo bien.
Como
entrante era un hojaldre con queso de cabra, de plato yo me pedí el de pescado que
era bacalao y Alfredo se pidió el de carne pero no recuerdo que era, el postre era
algo de calabaza, nos dijeron que era algo típico, y no sé si sería típico o no
pero estaba bueno; en el precio también va incluido agua y vino, y el café. El
precio de este menú son 15 € por persona. Apenas había gente, pero lo que no sé
es porque no ponen ese menú fuera donde tienen los precios, nosotros sino lo hubiéramos
sabido no habríamos llegado a entrar. Lo recomendamos totalmente a hora de
comer, siempre y cuando te apetezca probar unos platos de menú de diseño.
Luego
bajamos a Ribeira y desde allí cogimos el autobús 500, para ir hasta la parte
de Oporto que da al mar.
Nos bajamos
en la parada del FORTE DE S. FRANCISCO
XAVIER (conocido también como Castelo do Queijo), esta fortaleza ya se
encuentra en mar abierto y aquí la presencia del mar se notaba, ya que el
viento era fuertecillo. Entramos a la fortaleza, que aunque no tiene gran cosa
está bien. Precio: 0’50 €.
Como
hacía una tarde muy agradable decidimos seguir este paseo en dirección a la
ciudad, llegamos a una zona llamada PERGOLA
DE FOZ, donde nos hicimos unas fotillos.
También
llegamos a otra fortaleza, esta llamada FORTE DE S. JOÃO BAPTISTA DE FOZ, a
esta se puede entrar gratuitamente, pero no tiene nada de interés, y ni si
siquiera está pegada al mar. Esta fortaleza se encuentra a la altura más o
menos de la desembocadura del Duero.
Seguimos
paseando y cogimos el bus, unas pocas paradas un par de veces para acortar un
poco el camino. La verdad es que este paseo nos gustó bastante, ya que es una
zona llana y muy tranquila, y además íbamos viendo el atardecer. Según el
Google Maps, este paseo es de algo más de 5 kilómetros.
Al
final llegamos a Ribeira, y después de la caminata nos tomamos unas merecidas
cervezas.
Luego
con el Funicular dos Guindais (nos valía la Tarjeta Andante) subimos a la parte
alta de la ciudad, y fuimos al hotel un ratillo a descansar.
Después
salimos a cenar a un local que habíamos visto el día anterior muy cerca del
hotel, “LADO B”, lo que no nos imaginábamos era que en el cine de enfrente
habría no se que concierto y que el bar estaría a tope, pero como no teníamos
prisa y encontramos mesa pronto, decidimos esperar. Fue un poco caótico, pero
para la gente que había nos sirvieron relativamente pronto; nos pedimos las
cervezas, y lo que vendría a ser un bocata de lomo, y un plato combinado de
lomo; muy barato, ya que costó 13 €, el bocata no era grande pero estaba muy
bueno y yo no tenía mucha hambre.
Paseíto
como todas las noches, y al hotel, que mañana teníamos que madrugar.