Tras el viaje

La ciudad de Oporto, era un viaje que teníamos guardado para algún año que no tuviéramos muy claro donde ir.

Esta ciudad, no está entre de las que encabezan las listas de ciudades a visitar, pero un vuelo barato y su cercanía, lo hace un destino asequible a nuestros bolsillos.

Hay gente que no le gusta, pero no hay que esperar lo que podríamos definir como una ciudad monumental, todo lo contrario, su aire decadente es lo que le da su encanto.

No tiene una gran gastronomía pero para pocos días está bien, con sus “francesinhas” y sus “tripas”; y bueno no hay que olvidar el vino de Oporto.

En un par de días se puede visitar perfectamente, pero si dispones de alguno más, podrás acercarte a ciudades que se pueden visitar tranquilamente en un día, como Guimaraes, Braga o Aveiro; y si vas en invierno tampoco esta demás disponer de algún día extra por si llueve.

Para moverte por el centro no necesitarás el transporte, se puede hacer todo a pie.

Nosotros habíamos sacado los horarios de las páginas oficiales y de la página oficial de turismo, pero una vez allí vimos que prácticamente ninguno coincidía, aunque afortunadamente siempre era para mejor.

Sin duda una de las mejores cosas es admirar y cruzar su puente Luis I, tanto desde  arriba como desde abajo; pero sin duda para mí lo mejor, son las vistas de Oporto desde Vila Nova de Gaia.