Ruta

Nuevamente en nuestro viaje de febrero el destino es una ruta de Ryanair. La ciudad de Oporto no estaba en nuestra lista de favoritas, pero es un destino asequible y tener un vuelo directo a un precio económico siempre influye. Ya sabíamos que 3 días completos era tiempo de sobra para ver la ciudad, pero se pueden aprovechar para ver algo más que lo típico, y así también se puede hacer alguna excursión como hicimos nosotros, a Guimarães.

Fechas: 11 al 15 de febrero de 2013.

Ruta:
Día 1: viaje y paseo por Aliados, Estación S. Bento y Puente Luis I.
Día 2: Capilla de las Almas, Iglesia de los Congregados, Catedral y claustro, Palacio de la Bolsa, Iglesia de San Francisco, Ribeira, Vila Nova de Gaia, visita Bodegas Calem, y paseo en tranvía.
Día 3: Museo Miliar, Puente Luis I, Iglesia y Torre de los Clérigos, Librería Lello, Jardines del Palacio de Cristal, paseo por la ribera del Duero (Fortaleza de San Francisco Javier, Pérgola de Foz y Fortaleza de San Juan Bautista), y Ribeira.
Día 4: Guimaraes, estadio Do Dragao y  Vila Nova de Gaia.
Día 5: vuelta.

Datos de interés

TRANSPORTE

Para moverse por la ciudad, hay que comprar una tarjeta de transporte que se llama ANDANTE, sirve para metro y autobuses; y que hay que comprarla con el primer billete, sea del tipo que sea. El precio de la tarjeta es 0’50 €, en dicha tarjeta puedes ir recargando los billetes que necesites.


Para llegar del aeropuerto al centro de la ciudad, se necesita un billete de tarifa Z4, que vale 1’80 €; se puede comprar en las máquinas o también en la Oficina de Turismo que se encuentra en la zona de llegadas.

Para moverte por el centro sólo es necesario el billete de tarifa Z2 (es el más sencillo), su precio es de 1’20 €; con él podrás llegar a Vila Nova de Gaia, y hasta Foz do Douro, que es donde desemboca el río, ya prácticamente en el mar.

También existe un billete de 24 horas, que comienza a contar desde la primera validación, luego cada vez que lo valides te va diciendo el tiempo que le queda al billete. Su precio es de 4’15 €. Se valida siempre.



Otro de los transportes y que es muy importante, es el Funicular dos Guindais, ya que comunica la parte alta de la ciudad con la zona de Ribeira; con él te ahorraras muchos escalones. Si compras el billete allí son 1’80 €, aunque también es válido el billete de tarifa Z2, pero no hay maquinas para recargar; así que o llevas ya el billete, o lo tienes que comprar en ventanilla.


Todavía existen tres líneas de tranvía antiguo: 1, 8 y 22, Porto Tram City Tour; su horario en invierno es de 9 a 19, cada 30 minutos normalmente. Nosotros subimos en el 22 e hicimos la ruta completa (es circular) que serían unos 20 minutos. Su billete vale 2’50 € y se compra al subir. El tranvía no está incluido en ninguna tarjeta de transporte, ni siquiera la Porto Card.


También existe una tarjeta llamada Andante Tour, hay para 1 día (7 €) y para 3 días (15 €). Sirven para moverte por todas las zonas tanto el centro, como el aeropuerto.


Para visitar algún pueblo lo más cómodo es el tren, aquí necesitas comprarte otra Tarjeta Andante (0’50 €), esta es verde. También funcionan por zonas; Guimaraes z8, Braga z8, Aveiro z9. El billete de la Z8 son 3’10 €.


Los trenes salen de la estación de Sao Bento y luego pasan por la de Campanha. El trayecto a cualquiera de estas ciudades dura alrededor de 1’15 horas, y hay bastante frecuencia de trenes.


Lo que lleva un poco a confusión y lía, es que ellos cuando hablan de las zonas utilizan unas letras, por ejemplo el centro es C1, y cuando hablan de la tarifas de las zonas utilizan otras, el centro es tarifa Z2.

En el mapa de abajo se puede ver lo de las zonas, marcas la zona de origen, y según los colores puedes ver la tarifa que vas a necesitar según donde quieras ir; aunque prácticamente con saber que el centro es tarifa Z2, y del aeropuerto al centro es tarifa Z4, es suficiente.



Día 1: viaje y paseo por la ciudad

Al aeropuerto en condiciones de tráfico normales, tenemos escasos 20 minutos. En este viaje, en vez del taxi optamos por los aparcamientos estos que recogen el coche en el aeropuerto, ya que nos compensaba.

Elegimos el Aparcamiento Lavacolla, ya que un conocido lo ha usado varias veces, y como este viaje eran pocos días nos salía a cuenta usar este sistema en vez del taxi. Cuando nos quedaban 10 minutos para llegar, les llamamos, y a nuestra llegada a la zona de salidas llegaban ellos también para recoger nuestro coche, bajamos las maletas, confirmamos los datos y ya está, ellos se llevan el coche y a la vuelta te lo traen; el parking por 4 días nos costó 29 €.

Así que poco más de las 12 ya habíamos facturado la maleta, ya que como era de esperar no había nadie facturando maletas. Decidimos comer en el aeropuerto algo rápido, ya que si esperábamos comer en Oporto se nos haría tarde; elegimos el Burger King, ya que nos pillaba al lado de la puerta de embarque.

Como siempre con Ryanair las colas comienzan pronto, pero tampoco hay que volverse loco, cuando ya había bastante gente en la cola, fuimos al baño y ya nos pusimos en fila, y aun tardamos un ratillo en comenzar a embarcar. El control que hicieron del equipaje esta vez fue solo de bulto, es decir, había que meter la maleta en el hueco, pero no las pesaban como el año pasado; nos sorprendió que el control no lo hiciera personal de Ryanair, quizá por eso no eran tan estrictos.

Y a las 14’00 como estaba previsto salió el vuelo, que fue muy tranquilo, aprovechamos para echar alguna cabezadita, y hacer algún pasatiempo. Unos minutos antes de su hora prevista que eran las 14’30 (hora local), llegamos a Oporto. Al llegar a recoger la maleta ya estaba dando vueltas. Lo primero que hicimos en la zona de llegadas fue pasar por la Oficina de Turismo a recoger un mapa (muy bueno por cierto), y aprovechando que allí vendían la Tarjeta Andante y la recargaban, compramos un billete de Z4 (1’80 €) para ir al centro. En casa habíamos visto los horarios, así que tampoco había prisa, nos sobraba tiempo; salen cada 30 minutos normalmente. La estación del Aeropuerto está cubierta, pero al exterior, ya que este metro la mayoría de su recorrido lo hace por fuera a nivel de calle, solo en el centro es cuando va bajo tierra.


El día estaba muy nublado y caía algún chaparrón intermitentemente. Nos bajamos en la estación de Bolhão (desde el aeropuerto sin transbordos), que está situada en Rúa Santa Catarina, una calle peatonal y de compras, sin casi pendiente (algo muy importante cuando vas cargado con las maletas); y en menos de 10 minutos llegamos al hotel.

El hotel elegido fue el B&B PORTO CENTRO, que era un antiguo cine; lo elegimos porque desde el primer momento que buscamos hoteles nos gustó este por varios motivos. Era bastante económico, con un diseño sencillo; además está bastante céntrico, bien comunicado en metro (llegas directamente desde el aeropuerto), y también está cerca de la estación de tren. Pensamos que fue en gran acierto.


Hicimos el check-in,  dejamos las maletas y en un instante ya estábamos en la calle. Nada más salir a la calle nos tropezamos con su típico tranvía.


Nuestro primer destino fue la AVENIDA DOS ALIADOS, primero pasamos a ver el McDonalds que es bastante curioso, en estilo Art Nouveau.


Luego subimos un poco más hacia arriba, donde está PAÇOS DO CONCELHO (Ayuntamiento), donde nos hicimos las primeras fotos del viaje.


Como no llovía, allí mismo cogimos el metro en la parada Aliados, para llegar a Jardim do Morro (recargamos la tarjeta con un billete de la Z2), eran solo 2 paradas, pero como no teníamos muy clara la distancia fuimos en metro. La vedad es que es una distancia que se puede hacer perfectamente a pie, pero también es curioso cruzar el PONTE LUIS I por la parte de arriba con el metro. Este puente fue construido por un discípulo de Eiffel en 1886, y su arco todavía es el más grande del mundo en hierro forjado. Desde esta zona, donde está el JARDIM DO MORRO, y la llegada del teleférico, se obtiene una de las mejores vistas de la ciudad. Luego cruzamos el puente andando.






Pasamos por la ESTAÇÃO DE S. BENTO, a esta estación hay que ir para observar su hall donde hay más de 20.000 azulejos, que retratan la historia de Portugal; muy bonitos. La estación es pequeñita, tiene creo recordar que 6 vías. Aquí vimos que estos días había huelga en el transporte ferroviario, así que los apuntamos para organizarnos sí nos íbamos de excursión a Guimarães.



Luego ya apetecía una cervecita y cono no sabíamos dónde ir, acabamos en el C.C. Vía Catarina, que se encuentra en la calle del mismo nombre. En la última planta están los locales de restauración, la verdad es que la zona está hecha con bastante gusto, ya que es como si fuera un pueblecillo.


La verdad es que nuestra costumbre de la cervecita al final de la jornada turística, en este país es algo complicada, uno porque por lo visto no tienen nuestra costumbre de ir de cañas, y otra porque su horario de cena es bastante pronto, cuando nosotros estamos pensando en la cerveza, ya suelen tener las mesas preparadas para cenar; esto ya nos pasó hace años en Lisboa.

Tras la cervecita de rigor, decidimos cenar, y al final nos decantamos por PIZZA HUT, y es que los italianos nos gustan mucho; un par de pizzas y un par de cervezas, 21 €.

Luego paseíto y al hotel a dormir.

Día 2: Oporto

El desayuno no estaba incluido en el precio de la habitación, pero tenía un precio razonable (5’95 € por persona), era un pequeño buffet, con tostadas, bollería diversa, zumos y cafés, un buffet que sin ser abundante, para nosotros está bien. Podríamos haber desayunado en la calle más barato, pero preferimos salir del hotel ya desayunados.

El día había amanecido según las previsiones de días anteriores, algo lluvioso.

Comenzamos la ruta, por la Rúa Santa Catarina, visitando la CAPELA DAS ALMAS, en esta iglesia lo más destacable es su fachada que es toda de azulejos. Horario: 7’30 a 19. Gratuita.


Luego pasamos por el Mercado de Bolhão, que se encuentra cerca de esta iglesia, continuando por Rúa Fernández Tomás, pero nos lo encontramos cerrado, cosa que nos extrañó; más tarde nos enteramos que era día festivo.

Camino a nuestro siguiente destino nos pillaba la IGREJA DOS CONGREGADOS, otra iglesia con una bonita fachada de azulejos, que está justo en la misma plaza donde se encuentra la estación de trenes São Bento.


Tocaba visitar la (catedral), este edificio originariamente era de estructura románica, pero actualmente la mayor parte de él es barroco. Horario: 9 a 12’30 y 14’30 a 18. Gratuita.


Lo más destacable de la Sé es su claustro, muy diferente a los habituales ya que está decorado con azulejos, es pequeño pero bonito. Horario: 9 a 12’15 y 14’30 a 17’30. Precio: 3 €.





En Terreiro da Sé, lo que es la plaza de la catedral, tenemos uno de los mejores miradores de la ciudad, desde el que tenemos magnificas vistas de la ciudad.



Luego callejeamos un rato, bajando y bajando, hasta llegar al PALACIO DA BOLSA, fuimos directamente a preguntar cuando era la próxima visita en español, y nos dijeron que en unos 15 minutos comenzaba, así que esperamos por allí curioseando por la tienda. La visita fue a las 12 y duró alrededor de 30 minutos, y fue en dos idiomas, español y creo que francés. Su sala más interesante es la Sala Árabe, que está decorada en estucos y dorados. No dejan hacer fotos, estas las pudimos hacer antes de la visita cuando fuimos al baño. Horario: 9 a 12’30 y 14 a 17’30. Entrada 7 €.



Salón Árabe (Foto: Wikipedia)

Plaza Infante D. Enrique, desde la puerta del Palacio de la Bolsa

Justo al lado está la IGREJA DE SAN FRANCISCO, esta sí es de pago; en la entrada va incluida también la visita a unas catacumbas, pero simplemente es una habitación que ni siquiera está en un sótano; el interior de la iglesia llama bastante la atención ya que está recubierta de polvo de oro. Horario: 9 a 18. Precio: 3 €.


Después bajando un poco más llegamos a CAIS RIBEIRA, este muelle actualmente es una zona típica para tomar algo o comer.





Curioseamos un poco y decidimos cruzar a la otra parte del río, a Vila Nova de Gaia, está vez cruzamos el puente por su parte baja.

Llevábamos toda la mañana igual, no diluviaba pero tampoco dejaba de llover, lo bueno es que podíamos visitar los lugares, pero a aquellas horas ya estábamos un poco hartos del paraguas.



Paseamos un rato buscando un restaurante para comer, al final elegimos uno normalito, llamado “TEOPHILUS”, una ensalada para compartir, y luego filete de pollo con salsa de vino de oporto y unas “tripas”, uno de sus platos típicos que viene a ser como unos callos; la comida con un par de cervezas, nos salió por 30 €. No estuvo mal, pero tampoco es un sitio para recomendar.


"Tripas al estilo de Oporto"

Después de comer como la tarde seguía igual, pensamos que era el momento de visitar alguna bodega, y no buscamos mucho, fuimos a la primera que encontramos BODEGAS CALEM. Preguntamos a que hora había visita en español, y no había que esperar más que 10 minutos, así que cogimos la visita de las 15’30, la visita duró es media hora y su precio 4’50 €.  Horario: 10 a 18. Parece ser que hay bodegas con visita gratuita, pero no teníamos ganas de buscar.

  
Te enseñan la historia en unos paneles, y luego pasas a una bodega donde hay unos barriles, allí te explican alguna cosilla más, y fin de la visita. Al finalizar tienes una cata de dos vinos de oporto; no compramos nada en la tienda porque allí solo habían botellas grandes y la mayoría muy caras.


La verdad es que la visita sabe a poco, y más después de la visita del año pasado a unas bodegas en Jerez, aunque también costó bastante más.

Luego cruzamos el puente de vuelta hacia la parte de Oporto, y subimos con el Funicular dos Guindais, en la Tarjeta Andante no llevábamos ningún billete cargado, así que hubo que comprar uno allí mismo en la ventanilla (1’80 €).

Al llegar arriba, allí mismo en Batalha, está la parada del tranvía 22 que hace la ruta Batalha-Carmo, a los pocos minutos llegó y nos subimos. El día a esas horas estaba lluvioso, así que pasar un rato en el tranvía era un buen plan, para turistear y descansar un ratillo; el billete se compra directamente al conductor (2’50 €).



La ruta en el tranvía, es prácticamente circular (vuelve a la parada de Batalha), y duraría poco más de 20 minutos. Como seguía lloviendo y estábamos un poco hartos, decidimos ir un rato al hotel a descansar, eso de tener internet ayuda a pasar el rato, ya que estuvimos viendo cosas para perfilar la ruta del día siguiente.

Luego ya salimos a cenar, elegimos uno que nos pillaba muy cerquita, que habíamos encontrado en el Google Maps, e investigando vimos que tenía buenas críticas, “CAFÉ SANTIAGO”, es un algo tirando a pequeño con mucha gente local, pero son muy rápidos en tomar nota y servir. En la ciudad de Oporto son típicas las “francesinhas” y de las de este local se hablaba muy bien.

"Francesihna"

"Francesihna Santiago"

La “francesinha” es sándwich relleno de diversos embutidos como jamón cocido, chorizo, un filete de lomo, que por si no tienes bastante, lo recubren por completo con lonchas de queso y va regado con una salsa algo picante (parece ser que es tomate y cerveza). Es contundente, pero quizá no sea tanto como parece a priori. Nos pedimos una sencilla, y una con huevo frito y patatas. Con las cervezas costó 20 €.

Tras la cena había que bajar un poco toda la comida, así que dimos un paseo.

Día 3: Oporto

Afortunadamente las previsiones del tiempo esta vez habían acertado y lucía un sol esplendido.

Igreja de Sto. Ildefonso

Comenzamos el día con el MUSEU MILITAR, que se encuentra en Rúa do Heroísmo 329, y que nos pillaba a unos 10 minutos andando del hotel. Lo más interesante de este museo es su colección de soldados en miniatura de ejércitos de todo el mundo; como museo militar no dice mucho, pero lo de las miniaturas es interesante. Horario: 10 a 13 y 14 a 17. Precio: 3 €.






Luego cogimos el metro en la parada de Heroísmo, muy cerquita del museo, y decidimos cargar la Tarjeta Andante con un billete de 24 horas (4’15 €), ya que teníamos intención de hacer varios viajes (y a partir del cuarto viaje ya salía a cuenta), pero no hubo forma de cargar las que teníamos, así que tuvimos que comprar otra.

Haciendo trasbordo en Trindade, llegamos a la parada de Jardim do Morro en poco tiempo, esta es la parada que está en Vila Nova de Gaia, a la otra parte del río. Aquí vinimos el primer día, pero hoy por fin lucía el sol y merecía la pena volver para ver las vistas del PONTE LUIS I y la ciudad, en un día soleado.








Luego tocaba visitar la IGREJA E TORRE DOS CLERIGOS, esta iglesia de estilo barroco, es uno de sus monumentos más emblemáticos, y su torre es la mas alta de Portugal; hay algo más de 200 escalones hasta arriba, pero se hace bastante ligera la subida. Merece la pena subir en un día soleado, tiene unas grandes vistas. Horarios iglesia: 8’45 a 12’30 y 15’30 a 18’30. Horario torre: 10 a 12 y 14 a 17. Precio: 2 €.








Muy cerca de allí se encuentra la famosa Livraría Lello, en Rúa das Carmelitas 144, la verdad es que esta librería es una maravilla, destaca principalmente su escalinata de madera, y también la vidriera del techo con la inscripción “Decus in labore” (Dignidad en el trabajo). No se pueden hacer fotos. Horario: 10 a 19. Según parece esta escalinata, es en la que se basaron para la película de Harry Potter.


Interior librería (Foto: Wikipedia)

A estas alturas del día ya habíamos visto las cosas más importantes de la ciudad, ahora tocaba disfrutar de otros rincones.

Pusimos rumbo al JARDINS DO PALACIO DE CRISTAL, nosotros llegamos por la Rúa da Restauração a la parte sur, pero por allí no hay puerta de entrada, para llegar a la puerta principal del jardín hay que ir por la Rúa D. Manuel II. Si hubiéramos ido por la calle correcta no habríamos tardado ni 15 minutos. En estos jardines hay unas grandes vistas del río, ya que están situados en la parte alta de la ciudad, y muy pegados a él.








Al salir cogimos uno de los muchos autobuses que tenían parada prácticamente en la puerta de los jardines, para que nos acercaran un poco al centro (la calle ahora era cuesta arriba y no apetecía mucho), nos bajamos a la altura de la Torre de los Clérigos, y por allí comenzamos a bajar por sus calles y nos encontramos con un mirador llamado “Midarouro da Vitoria”, que la verdad es que pasar algo improvisado y desconocido tampoco estaba mal.






Seguimos bajando por una gran cantidad de escaleras y al final llegamos al Palacio de la Bolsa, donde teníamos previsto comer en su Restaurante “O COMERCIAL” (nuestro plan era ayer, pero estaba cerrado). Este restaurante a mediodía tiene un menú que vale 15 €, que en la entrada (se entra por el Palacio de la Bolsa) no está anunciado, pero que como lo habíamos leído decidimos ir a ver.

El local está muy bien y estás muy bien atendido, nosotros estábamos justo en la ventana y daba a la puerta de la Iglesia de San Francisco. El precio a la carta ya es otra cosa, pero el Menú de Ejecutivo de mediodía está bien, la única pega es que fijo, sólo eliges carne o pescado; es comida de diseño, y por eso fuimos, nos apetecía comer en un lugar así; y la verdad es que estuvo bien.

Como entrante era un hojaldre con queso de cabra, de plato yo me pedí el de pescado que era bacalao y Alfredo se pidió el de carne pero no recuerdo que era, el postre era algo de calabaza, nos dijeron que era algo típico, y no sé si sería típico o no pero estaba bueno; en el precio también va incluido agua y vino, y el café. El precio de este menú son 15 € por persona. Apenas había gente, pero lo que no sé es porque no ponen ese menú fuera donde tienen los precios, nosotros sino lo hubiéramos sabido no habríamos llegado a entrar. Lo recomendamos totalmente a hora de comer, siempre y cuando te apetezca probar unos platos de menú de diseño.








Luego bajamos a Ribeira y desde allí cogimos el autobús 500, para ir hasta la parte de Oporto que da al mar.

Nos bajamos en la parada del FORTE DE S. FRANCISCO XAVIER (conocido también como Castelo do Queijo), esta fortaleza ya se encuentra en mar abierto y aquí la presencia del mar se notaba, ya que el viento era fuertecillo. Entramos a la fortaleza, que aunque no tiene gran cosa está bien. Precio: 0’50 €.







Como hacía una tarde muy agradable decidimos seguir este paseo en dirección a la ciudad, llegamos a una zona llamada PERGOLA DE FOZ, donde nos hicimos unas fotillos.





También llegamos a otra fortaleza, esta llamada FORTE DE S. JOÃO BAPTISTA DE FOZ, a esta se puede entrar gratuitamente, pero no tiene nada de interés, y ni si siquiera está pegada al mar. Esta fortaleza se encuentra a la altura más o menos de la desembocadura del Duero.

Seguimos paseando y cogimos el bus, unas pocas paradas un par de veces para acortar un poco el camino. La verdad es que este paseo nos gustó bastante, ya que es una zona llana y muy tranquila, y además íbamos viendo el atardecer. Según el Google Maps, este paseo es de algo más de 5 kilómetros.





Al final llegamos a Ribeira, y después de la caminata nos tomamos unas merecidas cervezas.



Luego con el Funicular dos Guindais (nos valía la Tarjeta Andante) subimos a la parte alta de la ciudad, y fuimos al hotel un ratillo a descansar.

Después salimos a cenar a un local que habíamos visto el día anterior muy cerca del hotel, “LADO B”, lo que no nos imaginábamos era que en el cine de enfrente habría no se que concierto y que el bar estaría a tope, pero como no teníamos prisa y encontramos mesa pronto, decidimos esperar. Fue un poco caótico, pero para la gente que había nos sirvieron relativamente pronto; nos pedimos las cervezas, y lo que vendría a ser un bocata de lomo, y un plato combinado de lomo; muy barato, ya que costó 13 €, el bocata no era grande pero estaba muy bueno y yo no tenía mucha hambre.

Paseíto como todas las noches, y al hotel, que mañana teníamos que madrugar.